Son los viejos elefantes, cansados o enfermos, que desde tiempo inmemorial siguen una ruta que sólo ellos conocen, una ruta que tienen que caminar completamente solos, como obedeciendo una ley secreta escrita en alguna parte. Quienes lo han visto cuentan que la soledad con la que avanzan a paso más lento aún del acostumbrado, provoca un respeto solemne.
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ResponderEliminar...EN LA TENAZ BUSQUEDA DEL SILENCIO, un sinfín de arrugas surcaron su piel, por las puertas entreabiertas imaginó el azul, se impregnó de colores su piel, mil y un colores para dar un atisbo de luz al abismo de tristeza que asoma a su mirada.
Felisa. Febrero 1996
Gracias siempre tan bellas tus palabras.
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